Me rindo ante Batman. Me gustan todas sus películas. Tengo mis favoritas, lógicamente, pero en cada una de ellas encuentro algo fascinante. Hasta hace unos días era defensora acérrima de Christian Bale para interpretar al oscuro héroe de Gotham. Hoy lo sigo siendo, pero reconozco que le ha salido un fiero competidor. Robert Pattinson, tan menospreciado por haber protagonizado la exitosa saga Crepúsculo, ha demostrado sin prisa y sin excesos que es un gran actor. Lleva años deleitándonos con grandes trabajos alejados de lo comercial. Películas como la excelente Cosmópolis o Maps to the Stars, dirigidas por David Cronenbergh, Good time, High life, El Faro, Tenet…
A las órdenes de Matt Reeves, también guionista junto a Peter Craig, Pattinson se ha enfundado el traje negro y la capa y ha concentrado todo su poder de seducción de una manera sobria, adulta, diría yo, que nada tiene que ver con el ídolo de adolescentes que le dio la fama. De nuevo Bruce Wayne se enmascara en la identidad de Batman para sumergirse cada noche en las profundidades de Gotham City. Solo en su lucha contra el crimen, únicamente cuenta con el apoyo de Alfred Pennyworth y la ayuda del teniente James Gordon, dentro de una blindada red de corrupción policial. Pero, un nuevo asesino pone la mirada en algunos de los ciudadanos de Gotham creando una serie de sádicas maquinaciones.
No faltan las escenas de acción, lucha y efectos especiales, impecables como cabe esperar en una superproducción de este nivel, y un interesante plantel de secundarios encabezado por Jeffrey Wright y Zoë Kravitz (hija del famoso Lenny Kravitz), quien después de diez años abordando papeles menores en televisión y cine y a pesar de calcar el estilo y apariencia de la Catwoman de Halle Berry, parece haber dado el salto a la primera división de la escena hollywoodiense con esta intervención.
Desde el otro lado del mundo, el iraní Asghar Farhadi nos deleita con Un héroe, la historia de un preso que durante un permiso trata de resolver la causa por la que fue enviado a la cárcel. A medio camino entre el drama y suspense, la cinta del oscarizado cineasta (recordemos que suma ya dos estatuillas por sus películas El viajante y Nader y Simin, una separación) engancha desde el primer minuto de su extenso metraje (2 horas y 8 minutos) y no pierde fuelle hasta el imprevisible desenlace, razón seguramente por la que ha recibido el elogio de la crítica internacional, además de importantes galardones como el Gran Premio del Jurado en el festival de cine de Cannes y los premios a Mejor película extranjera y mejor guion original en los National Board of Reviews.
De un veterano como Asghar Farhadi a una joven cineasta como Blerta Basholli, solo hay un paso. Al menos en la cartelera… La directora y guionista kosovar presenta su ópera prima Hive (Colmena), un drama ambientado en Kosovo justo después de la guerra, en el que las mujeres cobran un protagonismo especial. Solidaridad, dolor y esperanza se entrelazan en la historia de Fahrije, que afronta la desaparición de su marido con fortaleza sobrehumana y a fin de mantener a su familia establece un pequeño negocio agrícola bajo la atenta mirada de los vecinos de la aldea patriarcal y tradicional donde vive.
El romanticismo llega esta semana de la mano de otra debutante, la francesa Charline Bourgeois-Tacquet. Les Amours d’Anaïs, que tuvo su estreno mundial en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2021, es la historia de una joven parisina inquieta y un tanto alocada con un profundo deseo de amar. Anaïs es una treintañera con buena salud económica y amorosa. Un día conoce a Daniel y el chico se queda prendado de sus encantos. Pero Daniel mantiene una relación con Emilie, que a su vez comenzará a sentirse muy atraída por Anaïs.
El amor pasa a un segundo plano en Language Lessons, comedia dramática escrita, dirigida y protagonizada por Natalie Morales, que gira en torno a una profesora de español que desarrolla un curioso vínculo emocional con su nuevo alumno. El tour de force entre profesora y alumno, interpretado por el actor y productor Mark Duplass, es suficiente para centrar la atención del espectador en una hora y media de sencillo rompecabezas, donde un millonario aprende a encajar un nuevo elemento en su cuadriculada existencia.
Por último, cabe destacar la curiosa Kuartk Valley, una película documental ambientada a finales de 2005 en un remoto valle de Álava al Oeste de País Vasco, donde dos hombres se comprometen a hacer realidad un viejo sueño de rodar una película de vaqueros. Una propuesta única y original de la directora Maider Oleaga que merece la pena ver en pantalla grande.
¡La semana que viene más!
Eva Llorente 