Crítica de «Un pequeño mundo», debut en el largometraje de Laura Wandel

La trayectoria profesional de Laura Wandel se inicia cuando aún está cursando estudios en el IAD (Instituto de las Artes de Difusión) de Lovaina la Nueva. Su película de fin de carrera, Murs (Paredes), es seleccionada por numerosos festivales internacionales y después de su primer cortometraje, O négatif (O negativo), 2014 dirige el corto Les corps étrangers (Cuerpos extraños), seleccionado por el Festival de Cannes. Un pequeño mundo (Un monde) es su primer largometraje. Nadie lo diría.

Un pequeño mundo es un intenso viaje a la niñez más real, más dura. No la que se vive en el confort del hogar, bajo el paraguas protector de sus progenitores, sino la que acelera su crecimiento personal y su madurez. Sus protagonistas son dos hermanos de primaria que están aprendiendo a marchas forzadas como funciona el mundo. Y todo ello sin salir del colegio. En sus primeros días de colegio Nora descubre que su hermano mayor, Abel, sufre acoso. La pequeña se debate entre su padre, que la anima a actuar, la necesidad de integrarse y su hermano, que le pide que guarde silencio: un terrible conflicto de lealtad. Ninguno parece estar preparado para resolver el problema. El padre perdido, quiere hacer algo, pero sus acciones solo empeoran la situación. Los niños carecen de recursos para enfrentarse a la situación. El  colegio es incapaz de dar un paso al frente. Nora sólo encontrará refugio y comprensión en su profesora, que finalmente dará las pautas para poner fin al acoso.

La tensión, la claustrofobia, la frustración están patentes a lo largo de todo el metraje de la película. Intensa, inquietante y desesperante por momentos, la historia parece conducir al espectador a un previsible y dramático final. El desenlace, sin embargo, aporta luz y esperanza. Un gesto bondadoso será capaz para marcar un antes y un después. Y todo ello, gracias a Nora. El espectador vivirá con ella esta primera gran experiencia de su vida, y lo hará muy de cerca. Esta sensación de complicidad se ha logrado, entre otras cosas, con la manera de filmar de Laura Wandel, en colaboración con Frédéric Noirhomme, el director de fotografía. Ambos compartieron una misma visión del personaje, de su historia, y de la manera de contarla. Toda la atención recae sobre Nora y para ello, la directora llevaba una cámara a la altura de la niña, debía seguirla, adaptarse a ella, hacer lo que ella hiciera. Iba a su lado con un combo portátil y a menudo dirigía a la pequeña en directo. El resultado es francamente bueno. La película destila verdad y recuerda a la magistral La Clase, de Laurent Cantet. En esta ocasión los protagonistas son niños, y no adolescentes, y la acción principal transcurre en el patio del colegio, y no en la clase, pero ambas transmiten lo mismo: Los pasos previos a la madurez no son siempre un camino de rosas.

Resta mencionar una curiosidad. El último plano de la película es el mismo que el primero, pero no es el mismo porque ya contiene todo lo que ha pasado. “Un pequeño mundo habla de la fuerza, de la resiliencia de los niños”, explica Laura Wandel. “Al final, Nora recupera a su hermano y comunica bondad. En esa última toma hace un gesto pequeño, pero esencial, que detiene la violencia.”

  • Estreno el 4 de febrero de 2022
  • T.O.: A monde
  • Nacionalidad: Bélgica
  • Duración: 73 min,
  • Dirección: Laura Wandel
  • Guion: Laura Wandel
  • Reparto: Maya Vanderbeque, Günter Duret, Lena Girard Voss, Simon Caudry
  • Distribuidor: Avalon

Publicado por Eva Llorente

Comunicación y marketing de contenidos culturales

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