Tras la resaca de la «red carpet» y la gala de inauguración, que estuvo marcada por la proyección de Código emperador, el festival comenzaba hoy con la presentación de dos estupendas películas: El test, de Dani de la Orden, y Alcarrás, de Carla Simón.
El test es la la adaptación al cine de la obra de teatro homónima, escrita por Jordi Vallejo, quien también firma el guión de esta película que compite en Sección Oficial del Festival de Málaga, para hacer reflexionar al espectador sobre la vulnerabilidad del ser humano y de cómo el dinero puede corromper a cualquiera.
En rueda de prensa, De la Orden ha descrito su nuevo trabajo como una comedia con tintes dramáticos. Esta simbiosis es lo que le ha parecido más difícil, es decir, “cómo despertar la carcajada del espectador sin perder el trasfondo realmente dramático que envuelve a sus personajes”, ha confesado.
El reparto lo integran Blanca Suárez, Miren Ibarguren, Alberto San Juan, Carlos Santos, Luna Fulgencio y Antonio Resines. La naturaleza teatral se palpa de principio a fin porque –entre otros aspectos- los diálogos cobran todo el protagonismo y el guion se desarrolla prácticamente en un mismo espacio. De la Orden ha destacado que le ha dado muchas vueltas a todo el rodaje y ha manifestado que le han surgido dudas continuamente. Al respecto ha aclarado que le encanta nutrirse y enriquecerse de sus dudas. Por esta razón le gusta evidenciarlas ante sus actores. Considera que ellos tienen perfiles altamente creativos y le gusta generar debate, intercambio de opiniones y desarrollar un trabajo participativo.

Cinco años después de ganar la Biznaga de Oro a la mejor película por su ópera prima (Verano 1993), Carla Simón participa en la Sección Oficial fuera de concurso con Alcarrás, un drama que muestra la precariedad de los pequeños agricultores, que le ha valido el Oso de Oro en la Berlinale.
Haciendo balance del proceso de creación, la directora ha reconocido que contar una historia desde el punto de vista de un agricultor de 45 años le ha supuesto una tarea difícil, por la dificultad de aproximarse a un punto de vista tan diferente al de ella misma. Simón tenía claro que quería retratar las energías y las emociones que conviven en una familia numerosa.
La directora también ha calificado el guion, escrito por ella junto a Arnau Vilarò, como altamente complejo. Desde el primer momento tuvo claro que sus actores tenían que ser gente de allí, del mismo municipio de Alcarrás, donde casi todo el mundo es agricultor, ha subrayado. Quería contar la historia desde dentro y desde ellos. Por este motivo la complejidad también ha persistido en el proceso de casting, en el rodaje e incluso en el montaje. El hecho de que no fueran actores profesionales también le ha exigido reformular continuamente su planificación y eso para ella es lo bonito de hacer cine, a pesar de la ardua dedicación que implique.
